Escribiendo en mi día 6 en Ljubljana: Tengo que planificar cómo escapar de esta ciudad!!! Help!!!
Llegué y llovía, no me gustó la sensación, pero sí el ruido de la lluvia ventanas afuera. Cuando salió un poco el sol descubrí los puentes de la ciudad y su río: ese fue mi primer amor. El trazado semicircular sonríe resiguiendo las aguas del Ljubljanica a uno y otro lado, el castillo allí arriba, con su vista privilegiada de bicicletas y gentes; estelas móviles en el adoquinado. Los puentes como grapas en el mapa juntan el centro de la ciudad de forma majestuosa como cirugía inteligente casi imperceptible. Pareciera como que tramos de río cubrieran el espacio en vez de ser el duro asfalto quien estuvo ahí en segundo término.
Por aquí comentan…