Capítulo 2: Un encuentro inesperado
No era una mañana de septiembre cualquiera!
Despertarse en un nuevo lugar siempre me parece un regalo, una decisión y una apuesta; pero si añadimos la ilusión de pisar por primera vez un país y la ensoñación de sus reconocidas maravillas, India, en esta ocasión, se convertía en un nuevo «mejor primer» despertar.
Descansado, con la garganta reseca del aire acondicionado y una leve quemazón en el lateral del dedo índice de la mano derecha. La noche anterior había untado expresamente piernas, brazos y cara con repelente de mosquitos (de hecho había usado dos marcas diferentes) pero tenía una leve incisión rodeada de un pequeño halo rosado. No le di mayor importancia, pero sí advertí la mas que probable picadura de un mosquito. Pensé que no sería la última en un viaje sin fecha de retorno y decidí retomar la rutina matutina.
Por aquí comentan…