Barcelona – Paris – Caracas – Lima (Perú)
1 de noviembre 2015
El día empezaba muy pronto a la mañana, hacia las 4:30h para ir al aeropuerto, me esperaban unas 20 horas de avión, reto que se planteaba 100% cansador.
Dormir de forma ininterrumpida es una realidad ficticia en mi caso, así que procuré dormitar a pequeños intervalos, cuando la postura de mis cervicales así lo permitía.
Tiendo a pensar que cuando me encuentro alguien interesante en el vuelo, las vacaciones serán un éxito (me sucedió en Irlanda y también recientemente en Tailandia . En este caso tuve la inmensa suerte que Ana Mercedes, una caraqueña residente hace tres años en Madrid, me explicara la realidad de su país Venezuela y el contexto de su viaje por temas de salud de su mamá. Especialmente interesante un viaje suyo a un lugar remoto de la selva venezolana acompañando a una suya compañera de carrera.
A parte pude ver tres películas y dormir de aquella manera , así que en verdad llegué muy cansado a las 22h a la capital del Perú. Allí me esperaba, amabilísima, Liliana una abogada ambientalista que me brindó su casa y estuvo muy atenta durante mi breve visita inicial a Lima. A las 00h. era hora de dejar paso a otro día, este sería de 24 horas, pues mi día de todos los santos, o día de los muertos, o día de la canción tradicional en Perú fue de un número incalculable de horas; las franjas horarias y sus cuestiones aritméticas.
El clima me dejó vislumbrar el cielo de Caracas desde el avión, un día vivido en las alturas y en los correspondientes pasillas de aeropuerto.